domingo, 29 de septiembre de 2013

Volviendo a empezar

Es tan curioso cuando eres consciente de que te has conseguido cansar a ti misma, tras esa obsesión por planificar el futuro, por controlar el presente y por analizar el pasado estaba oculta una cobardía a la vida terrible. 

Verdaderamente pensaba que era una actitud madura y me enorgullecía de ello, es fácil estar orgullosa de algo que no causa nunca ninguna consecuencia devastadora o simplemente que haga que se tambaleen y tiemblen los pilares inamovibles de tu vida. Realmente me he cansado de no temblar.

Siempre se me ha erizado la piel y me han temblado las piernas cuando conseguía acercarme a algo o a alguien que me hacía sentir y llevaba años sin vibrar por nada, nada me estimulaba, nada me ilusionaba. Simplemente me he dedicado a seguir caminando, sin querer darme cuenta de que el camino se había terminado y estaba andando sin avanzar, estaba vaciándome cada día.

Se rompe todo.

Explota.

Salta por los aires.

No tienes fuerzas de explicar nada porque no hay nada que explicar, hace tanto tiempo que no queda nada que decir.

Y de repente existen en el mundo cosas que no veía, ves en tu entorno personas que te aportan, que tienen mucho que ofrecerle al mundo y las tienes al alcance de tu mano pero no las veías. Es algo parecido al “volver a casa” cuando estás de viaje, salir de este estancamiento vital no ha sido ni la mitad de doloroso de lo que esperaba.

Me está gustando recuperar hasta mi inmadurez en las relaciones con el sexo opuesto, hasta mi capacidad imaginativa innata de sobrevalorar gestos y miradas de unos ojos que no conozco pero que han conseguido que pase toda esta tarde lluviosa de septiembre con una estúpida sonrisa sin fundamento de la que no me avergüenzo.

1 comentario:

  1. Cobardía y tu no entran en la misma frase, bonita. Sin embargo, aunque triste (o no) lo que has escrito es precioso, me ha encantado. Lo he releido varias veces. No dejes de escribir...es buena terapia y a las personas que te tenemos lejos nos gusta saber de ti, aunque sea de esta manera.
    Ánimo guapetona!

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