domingo, 17 de noviembre de 2013

A quemarropa



Me exijo sólo el necesario análisis racional para no perder el control.

Cuando racionalizo demasiado me vuelvo cobarde y me entra el pánico.

Mientras no tengas miedo siempre será el momento.

Intento despilfarrar toda la energía y la alegría de la que me privé en los últimos tiempos.

Soy consciente de que esto que me pasa es una fase pero no quiero dosificarla, quiero vivirla a quemarropa.

domingo, 3 de noviembre de 2013

Dialéctica

Hacía tantísimo tiempo que no me quedaba un sábado en casa, especialmente que no lo hacía por voluntad propia.

Hoy me apetecía estar así. Me cuesta tanto encontrar la tranquilidad cuando se trata de mi que tenía que aprovecharlo para dedicarme esta noche.

Estoy feliz, y no lo estoy por un motivo ni un hecho concreto como habitualmente conseguía tener esta sensación, estoy feliz por haber sido capaz de "volver a empezar", por reencontrarme con una Ana tan distinta a la que creía conocer. Estoy feliz porque he conseguido, en gran medida, soltar el lastre que me hizo llamar a este lugar Turnedo, esa melancolía y esa nostalgia enfermizas que derivaban en dependencia del pasado. 

La dependencia crea dependencia.

Realmente no sé que ha ocurrido pero no puedo parar de disfrutar lo cotidiano, los momentos rutinarios tienen otro color, las conversaciones con mi entorno tienen otro sabor y hasta la ciudad me huele distinta. Supongo que todo esta relacionado con esta sensación de libertad que hace que tenga ganas de devorar la vida.

Desde que introduje la contraseña para escribir lo que quiera que sea el rastro que voy dejando aquí, me repetí no hablar de esto, me he intentado convencer de no nombrar algo (o nada) que no tiene ningún tipo de sentido...pero de todos modos ¿qué trascendencia tiene lo que pueda soltar aquí? Aquí solo escribo pensamientos que nunca confesaré verbalmente.

Silvio me está provocando este efecto placebo del que soy consciente, y no te me has ido aún de los oídos cantando anoche "en estos días", ni se me han ido tus ojos pardos de la memoria mientras hablábamos en la barra. No tengo ningún recuerdo de las estupideces que te conté porque cuando me hablas me vuelvo pseudodisléxica, me empiezas a poner tan nerviosa que no sé donde colocar las manos (y eso me agobia profundamente). No hay explicación alguna a esta fantasía con ápices de realidad, simplemente me despiertas los sentidos, me los abres de par en par. 

Y yo qué pensaba que pasarían años hasta que unos ojos me provocaran esta espiral de sensaciones. Y entonces aparecieron los tuyos.

Todo es pura dialéctica.
Todo es constante cambio.

"Los mares se han torcido con no poco dolor hacia tus costas.
La lluvia dibuja en tu cabeza la sed de millones de árboles.
Las flores te maldicen muriendo, celosas.

En estos días no sale el sol, sino tu rostro.
Y en el silencio, sordo del tiempo, gritan tus ojos.
¡Ay!, de estos días terribles,
¡Ay!, de los indescriptible."