martes, 6 de septiembre de 2016

El amor es un acontecimiento


Sonó a sentencia. 

El título de esta parrafada me supo a veredicto final, casi una oración divina. Y no lo entendí.

Sin embargo, la navidades pasadas lo fueron. 

De la noche a la mañana comenzamos a coincidir, de repente parecía que nos refugiamos el uno en el otro. Tú con tu cuenta atrás destino oriente y yo en medio de mi dicotomía Madrid y mi sur.
Finalmente nos buscábamos, aunque yo no lo supe ver entonces.

Y allí me vi, en aquel taxi por la Gran Vía navideña, tan invernal y poética. Y con una frase final subtitulada en la mirada: "The End".

Lo que yo presagiaba como fin no lo fue en absoluto.

Has cambiado Madrid. 
Ha sucedido algo que me prometí que no me pasaría pero, si te fueses, ya Madrid no sería lo mismo.
Has convertido el tiempo en algo más cálido, mi hormigón es más frágil, mi frialdad es más incendiaria. Estoy más en riesgo que en el Madrid de antes de ti. 
Pero no me dejaste nunca quedarme al borde del camino.
Has sido tan arrollador e intenso que me has ido arrastrando. 
Pero... ¡a ver quién se resiste!

Risas, delicadeza, besos infinitos, afinidad, naturalidad. Un sexo apasionado en el que el tiempo vuela. Una sensibilidad y una ternura tan nativos que fíjate...
Ya hay un Madrid antes de ti. 
Y ojalá pase mucho tiempo hasta que tuviese que hablar del Madrid después de ti. Porque quiero que este Madrid dure. Mucho.

Al final era verdad.
Es un acontecimiento.