lunes, 16 de noviembre de 2015

Otoño II

Incógnitas y certezas por cada rincón. 
Mi impaciencia congénita se ha apaciguado, es verdad eso de que todos ponemos etiquetas a nuestra personalidad hasta que llega un estímulo tan arrollador que cambia códigos y precios a tu vida.

Entras y sales con la libertad que jamás le di a nadie. A tu regreso nunca hay tensiones o censura porque me suscitas un delirio de emociones. Te mariposeo mientras jugamos a los desconocidos. Reconozco que esos ojos pícaros y oscuros me dan tanto calor. 
La viveza del tiempo junto a ti hace que pierdan importancia las semanas que ambos dejamos en blanco.

Mis dubitativas maneras echan el cierre al pensarte. Me engatusa tu curiosidad por la vida y que no seas consciente de ello. Embobada me dejas con esa valentía por vivir el momento, contigo no existen los miedos y yo no encontré mejor terapia para ahuyentar tantos como aguardaba. Me embauca tu inteligencia y esa transparencia marcada por pequeños golpes de la vida. Tu inquietud por el paso del tiempo y la levedad de los días en esta juventud que crees estirar. Me gustas porque eres buena persona, creo que mucho más de lo que piensas. Tus gestos te delatan y pude verte desde el principio.


Y no se me ocurre mejor cierre que citar a uno de los grandes.

"Mi estrategia es
en cambio
más profunda y más
simple.

Mi estrategia es
que un día cualquiera
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
por fin me necesites."

Benedetti 

9171

Es un secreto a voces. Me grito y también lo hacen las esquinas y los bares de este barrio.

Continuo viviendo y probando. 

¿Pero qué queréis que os diga?

He probado cigarros a medias, y nada es comparable con el humo de un lucky strike saliendo de sus labios.