miércoles, 31 de octubre de 2012

Ambición

Ahora entiendo cuando decías que te sentías sola. 

Yo te escuchaba y creía que tenía la suficiente empatia como para ponerme en tu piel y creía que con la conversación, las cervezas, los bailes, las risas, los cubatas, las noches durmiendo juntas te estaba dando fuerzas y ánimos para pasar los días. Ahora sé que me agradecerás siempre todo eso, al igual que yo lo agradezco ahora pero te seguías sintiendo sola.

No es la soledad que había sentido en ningún otro momento de mi vida, es una soledad que cala, que lo invade todo, que cambia la realidad del más ínfimo detalle de tu vida, es una soledad que se ha hecho parte de mi. 

Es una soledad que ha transformado el tiempo haciéndolo tedioso y cansado hasta cuando conversas y ríes con gente a la que quieres. 

Un tiempo que pesa tanto que hasta cuesta seguir.


lunes, 29 de octubre de 2012

Estarás en mi para siempre


De vez en cuando siento
que puedo regresar tiempo atrás
Éramos jóvenes los dos,
fue tan perfecto.

Así pasaban esos días sin final,
Todo era un juego, nuevo bajo el sol
A veces me parece
que nada tiene una razón

Días que no volverán
Que ya no puedo olvidar
El tiempo nos dejará una verdad
Estarás en mí para siempre.

Antonio Vega.


Como me haces falta.

Como te echo de menos.
Al menos llegó el otoño que hace que el paisaje sea más acorde a como vivo y como siento la realidad.
Ahora me fumaré otro cigarro en mi azotea con la turbia luz de este cielo gris mientras pienso en aquellos días que no volverán, cuando den las 6 bajaré al salón y me tomaré un café con mi madre, luego saldré a tomar algo con cualquiera y haré como que no te recuerdo, como que soy inmune a todo esto.

lunes, 15 de octubre de 2012

¿Sinceridad?






Y yo sin decir nada, con hambre de pecado
cantando de garganta
y con la posibilidad de conseguir hacerte daño.
Y tú sin decir nada, sin ganas de verano
con ansia de revancha
y con la posibilidad de que me estés envenenando.

Quique González


La sinceridad es tan subjetiva que diariamente se transforma, me da miedo serme sincera porque temo arrepentirme de las decisiones que estoy tomando.



Esta tensión enrevesada es adictiva. Tal vez la solidez en la que me sustentaba estaba carente de tensión e incertidumbre y por eso me estoy volviendo adicta al desasosiego que me ha provocado el verano...



Es complicado



Nada arregla nada, las cosas son como son. No te puedo decir que ya se te va a pasar, porque no sé si se te va a pasar. No te voy a decir lo que tenés que hacer, porque no lo sé. Nadie puede decirle a otro cómo hay que vivir. Lo que tenés que saber es que va a haber mucho dolor, mucho dolor mucho tiempo. Ya que estamos te lo digo, aunque sé que ahora no me vas a dar bolilla: hay que seguir, Joaco, hay que seguir. Todo lo que nos pasa es mucho menos importante de lo que a uno le gusta creer. No hay una sola vida…hay una sola vida, pero dentro de esa vida, uno vive muchas vidas, todas diferentes, algunas mejores, otras peores, y ninguna tiene mucho sentido. Hay que seguir, pichón.


Roma, Adolfo Aristarain.





Lo que más difícil se me esta haciendo son las noches. Siempre me he considerado nocturna, se me daba realmente bien exprimir las noches, noches de cualquier tipo, sentía que era el mejor momento del día para hacer balances, analizar experiencias o relaciones y sobre todo para sentir. Las noches me hacían sentir, me incitaban a frenar el ritmo de la rutina para agudizar los sentidos y disfrutar más que en ningún otro momento de una buena canción, un libro, una conversación, cualquier cosa era más fácil de exprimir.

Ahora son las tres de la madrugada y la madrugada me sabe diferente, me sabe agría, vacía, sé que no puedo exprimir nada positivo o reconfortante de estas noches...ni de estos días.

Me marcharé a dormir e intentaré recordar que hay que seguir.

domingo, 14 de octubre de 2012

Regreso amargo


Esta nostalgia


Este sueño que vivo,
esta nostalgia con nombre y apellido,

este huracán encerrado tambaleando mis huesos,
lamentando su paso por mi sangre...
No puedo abandonar el tiempo y sus rincones,
el valle de mis días
está lleno de sombras innombrables,
voy a la soledad como alma en pena,
desacatada de todas las razones,
heroína de batallas perdidas,
de cántaros sin agua.
Me hundo en el cuerpo,
me desangro en las venas,
me bato contra el viento,
contra la piel que untada está a la mía.
Qué haré con mi castillo de fantasmas,
las estrellas fugaces que me cercan
mientras el sol deslumbra
y no puedo mirar más que su disco
-redondo y amarillo-
la estela de su oro lamiéndome las manos,
surcándome las noches,
desviviéndome,
haciéndome desastres...
Me entregaré a los huracanes
para pasar de lejos por esa luz ardiendo.
Estoy muriéndome de frío.



Gioconda Belli





Vuelvo a Turnedo con más frío que nunca. 


Es como si todo se hubiese desmoronado. Era divertido esconder tras la aparente espontaneidad y el desenfreno esta vida invariable y sólida que me aportaba toda la seguridad que, hasta ahora, he sido.

Nunca había odiado los espejos, nunca me había sentido tan poco identificada con mi reflejo, con mis gestos o con las sensaciones que no sé si realmente experimento  o sí las imagino. Se han roto los esquemas, los planes, los proyectos...Se ha roto todo lo que había diseñado para estar expuesto a pequeñas alteraciones (por supuesto siempre bajo mi control). 


Supongo que esto será vivir. Habrá que aprender a reponerse de este vacío que ahora lo inmunda todo, a esta incertidumbre que acapara todo.