Sé que no es algo demasiado científico pero me
confieso partidaria de esta hipótesis que defiende la habilidad de distinguir cuando
somos observados.
Escoge un amante que te mire como si fueras magia.
Obviamente la sensación de magia es tan personal y relativa que puede no tener nada de relación con la realidad; sin embargo es una emoción maravillosa porque te produce cientos de efectos mentales y físicos desbocados.
Desde el principio me hiciste sentir desbocada, de ahí tanto blindaje ante ti. Cuando me sitúo frente a ti siento esa scopaesthesia y, en consecuencia, esa magia irracional. Mi interpretación y participación en cada diálogo están cargadas de insinuaciones temerosas. Cuando me sitúo frente a ti, te excluyo. Te excluyo porque cuando te incluyo me vuelvo (más) insegura y vulnerable. Mi inconsciente toma las riendas y se me pone en marcha un fuerte instinto de autoprotección fruto del agotamiento emocional, tan intrínseco ya en estos días.
Más allá de lo duro que parezca este agotamiento emocional, a mi me esta suponiendo el impulso que necesito para no caer en la conformidad y el conformismo. El impulso que me induce a sumergirme en la búsqueda de aquello que me haga feliz, sin prisas ni relojes.
En realidad me lleno de dudas y recelos porque me es difícil asimilar que una sensación tan fuerte sea unilateral aunque tampoco lo sé. No sé si eres la causa o el efecto y ni siquiera sé por cuál de las dos me decantaría.
Debo confesar que me da igual la unilateralidad o la imparcialidad de estas sensaciones porque son maravillosas. Me inspiras a sentir y me despiertas los sentidos cuando más atrofiados estaban.
En el paseo mañanero y autista de vuelta a casa el domingo por la mañana se me repetía en la cabeza la canción de Los Piratas llamada “ansiedad”:
“Impotencia, ansiedad, melancolía, enojo, desconcierto, deseo, intensidad…”
Sobretodo intensidad. Frida Kahlo fue una mujer intensa. Ese paseo de vuelta a casa fue intenso, al igual que la ristra de sabores que arrastro últimamente.
Me declaro la más fiel amante de la intensidad.
Las intensidades te hacen sentir viva.
¡Viva la vida!
la intensidad es fundamental para la vida
ResponderEliminaraunque a veces la acorte. La mayoría la alarga
Estoy plenamente de acuerdo.
EliminarUn abrazo!
Maravillosa entrada, reflejas a la perfección la intensidad con la que comienzas a comerte el mundo.
ResponderEliminarBesazo.
Me alegra que te haya gustado y más me alegra aún que se perciba esa intensidad.
EliminarGracias por pasarte.
Besos María
Esa mujer vivió mil vidas.
ResponderEliminarHaz lo mismo.
Espero vivir mucho en la vida aunque mejor con algo de menos drama que Frida.
EliminarUn beso
Una vida, solo una, pero intensa.
ResponderEliminarQué magnífico texto.
Pura magia. Pura sabiduría.
Besos.
Gracias, de verdad.
EliminarUn besazo