miércoles, 2 de abril de 2014

Rompiendo la norma

Al volver al "mercado" comienzas a cogerle el gustillo a las historias de una noche. Historias vacías que siguen los mismos cauces, llegas a ellas a través de las mismas conversaciones y actitudes. Repetición cronometrada de palabras, cervezas y copas de ron.

Creo que los hombres tienen algo de miedo a tratarnos con cariño en esas situaciones, es como si el tópico de mujeres hormonales y sentimentales les hiciera temer que te enganches y obsesiones con ellos por un polvo, un polvo descompasado y sin preocuparnos del placer ajeno. Nosotras percibimos esa frialdad y te mantienes aún más fría y lejana que él, como si el situarnos desnudas ante un hombre que nos trasmite eso no nos hiciese sentir damnificadas.

Esas situaciones te llevan a las despedidas más disparatadas. Te vistes y dices: ¡nos vemos pronto por los bares! (¿qué bares?, nos vemos, ¿y qué?) y sales lo más rápido que puedes, haciendo el mínimo ruido intentando que esa situación, en la que no sabes cómo te has metido, sea lo menos trascendente posible. A veces intentas ser más cercana y después de vestirte das dos besos, y te sientes absurda porque hace diez minutos estábamos demorándonos la boca. Y sales corriendo.

Las mujeres no somos tan frías y los hombres aún menos pero nos esforzamos terriblemente en hacernos sentir irrelevantes, en hacer ver que esas situaciones son cotidianas para uno mismo e intentamos no decir nada que haga significativas ese par de horas.

Situaciones tan retroactivas que despiertan nuestros instintos más básicos y sabes que juegas a ese juego por necesidad física. Pero no siempre es posible hacer que prevalezca esa necesidad sin sentir un vacío en el alma que te hace estar de mala hostia durante unos días.

Y de repente se rompe el patrón. 

Tú eres una cobarde que nunca va a ser cariñosa con un hombre que pone esa barrera pero sin esperarlo alguien rompe el reglamento.

No esperas que vaya a pasar nada con esa persona porque la conversación no tiene apenas carga sexual, o no tiene la carga sexual incuestionable habitualmente utilizada. Y sucede todo de manera distinta: los besos son más lentos, las caricias sosegadas, no percibes esa apatía en el placer ajeno, os miráis a los ojos sin que intentes esquivar la mirada  y claro, encuentras satisfacción en ese encuentro fortuito.

Estás tan confundida que te haces la dormida como si la narcosis más potente se hubiese apoderado de ti. Sale de tu cama y te da un beso en la frente que te deja aún más desorientada por lo que solo puedes fingir estar inmersa en el sueño más anestésico de la historia, evidenciando que no te has percatado de nada.

Esa noche te deja de buen humor los siguientes días. Se ha roto el patrón.

Y el domingo te llega un mensaje al facebook:

"Hola melómana que...estabas tan profundamente dormida...pues no pude decirte que gracias por la acogida..."

No sabes ni que contestar así que eres lo más neutra posible y respondes con unos cuantos chistes malos para terminar con "un placer también la noche y con la melomanía nos veremos seguro por los bares".

Y claro, recibes contestación: "Por los bares nos vemos (con más facilidad espero que encontrarte por facebook)".

Entonces te das cuenta. 

Soy yo la que está fomentando la irrelevancia en mis relaciones con los hombres en los últimos meses, soy yo la que se resigna a pasar página tras dos horas poniendo lavadoras a cincuenta grados y mil revoluciones de centrifugado. Lo hago sea cual sea el interés que me haya despertado esa persona y actúo simplificando la motivación a lo sexual, poniendo barreras a todo lo humano que haya en mí. 

Y se agradece que llegue alguien y rompa la norma, que alguien demuestre que recuerda haber pasado la noche contigo y evidencia no olvidar lo que sucedió, a pesar de tus intentos para que al cruzar la puerta todo se hubiera evaporado.

5 comentarios:

  1. La excepción es lo que hecha por tierra toda norma !!. Me encanta lo que escribes y como lo escribes. Ojalá no dejes esto como estoy haciendo yo..jaja. Vive el momento...y saca la ternura que llevas dentro. No tengas miedo, si eres preciosa!

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  2. Situaciones complejas, con lo fácil que sería decir las cosas tal cual y no forzadas por la situación!
    Como tú dices, el detalle se agradece y quizá eso signifique que hubo conexión o simplemente que vuelva a apetecer, quizá después de un número determinado de "simples noches" ya tocaba una especial.

    Un abrazo y gracias por la visita.

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    1. gracias a ti tambien por leerme.

      Y ya sabes muchas veces ves más sencillo alejarse, aunque afortunadamente de vez en cuando toca romper la norma.

      un besazo

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