Aunque la polución es espantosa en esta ciudad, hacía años que una bocanada de aire no me limpiaba por dentro de este modo.
Tal vez he aprendido a respirar. Quizá.
Madrid y yo nos sentamos bien.
Esta tarde la Gran Vía estaba preciosa.
En la plaza de la luna se celebraba el día de la música y los burning y Mclan sonaban genial. Me voy acostumbrando a lo de la lata de Mahou en la mano. Y me gusta familiarizarme con estas pequeñeces.
Ha desaparecido el caos mental y la inseguridad vital.
La paz ha llegado para quedarse. Esta armonía que tiene como banda sonora a esta anárquica y ensordecedora ciudad.
Llegué sin esperar una victoria pero saliendo a ganar.
Y me convertí en mi mejor triunfo.
Sería absurdo negar que le estoy siendo algo infiel a Sevilla.
Porque Madrid...
Me tienes enamorada.
Burning, Mahou y ezque...
ResponderEliminar