jueves, 6 de febrero de 2014

Novela con cocaína

Las horas de trabajo en estos días se me hacen eternas. El hotel está vacío. Todo el personal deambula por el recibidor y los salones intentando acerlerar el tiempo, paseos en círculo y miradas compulsivas al reloj. A mi también me pasa, parece que el tiempo no pasa a la velocidad habitual.
 
Al menos yo lo estoy aprovechando para leer, leer bastante.
 
Ahora estoy con novela con cocaína de Aguéev (o eso se supone porque la auditoría está en entredicho) y me esta gustando bastante. Es un libro de mi padre, como casi todos los que leo.
 
Iba por el onceavo capítulo cuando el protagonista, un ruso llamado Maslenikov, esta criticando durante la relación con su madre, la esta juzgando equivocamente sin pararse a pensar en su generación ni en el sentido de por qué esa señora es lo que es en ese contexto histórico. Me estaba costando realmente trabajo terminar de leer el párrafo en el que describe como su "repugnante" madre sorbe la miserable sopa de la que se alimenta cada día.
 
De repente todo el párrafo tiene un paréntesis enorme hecho a lápiz y al lado una frase:
 
¡Mal análisis Maslenikov!
 
Lo escribió mi padre. Yo llevaba todo el párrafo intentando acelerar el ritmo de lectura porque me estaba pareciendo bárbaro.
 
Me río y giro el libro hacía la portada. Vuelvo a abrirlo.
 
Jerez, mayo de 1984. Es justo entonces cuando suelto una carcajada, una sensación entre orgullo y nerviosismo. Las casualidades, a veces, me ponen nerviosa.
 
Él nació en noviembre de 1958, por lo que cuando leyó el libro tenía 25 años y 6 meses.
Yo nací en agosto de 1988. Justo en este mes de febrero tengo 25 años y 6 meses.
 
Me encanta que la genética me haya hecho tan él, es mi mayor orgullo y jamás se lo confesaré.
 
Aunque tampoco hace falta, él lo sabe.

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